La Tolerancia Pólitica y la Persuación
La coerción y la persuasión son dos métodos de ejercicio del poder.
La primera, la coerción, es el uso de la fuerza para derrotar al que disiente; la segunda, la persuasión, es el medio a través del cual, con el arte de la palabra y el diálogo fraterno se logra vencer la polaridad consenso- disenso, en un acuerdo principista, normativo y valorativo.
La tolerancia y la persuasión, como principios básicos de la convivencia humana, sirven para dominar la polaridad consenso –disenso. No deben ser usadas para eliminar el disenso, sino, para que los dos polos puedan convivir democráticamente y, sin que ninguna de ellas, se neutralice.
La coerción y la persuasión son dos métodos de ejercicio del poder.
La primera, la coerción, es el uso de la fuerza para derrotar al que disiente; la segunda, la persuasión, es el medio a través del cual, con el arte de la palabra y el diálogo fraterno se logra vencer la polaridad consenso- disenso, en un acuerdo principista, normativo y valorativo.
La tolerancia y la persuasión, como principios básicos de la convivencia humana, sirven para dominar la polaridad consenso –disenso. No deben ser usadas para eliminar el disenso, sino, para que los dos polos puedan convivir democráticamente y, sin que ninguna de ellas, se neutralice.
Isidro H. Cisneros, nos dice: “(…) El consenso de todos es autoritario y
sólo posible a través de la imposición del “consenso obligatorio” en el
que el disenso está prohibido. El consenso total se funda en la
obediencia ciega por lo que resulta ser un “ consenso opresor ”(…)” (1).
En otras palabras, los consensos unánimes son ilegítimos y
anti-sistémicos porque no permiten que subsista la diversidad; los
consensos opresores, son exclusivistas porque se niegan a convivir con
el disenso legítimo.
John Locke, al referirse al establecimiento de la uniformidad nos decía:
“(…) que la fuerza no puede dominar las creencias de los hombres ni
plantar algunas nuevas en sus pechos; lo pueden hacer la cortesía, la
amistad y el trato delicado (…) quien difiere de vosotros sólo por una
opinión está separado de vosotros sólo por una distancia; pero, si
vosotros le tratáis mal por aquello que él cree ser justo, entonces él
se convierte en vuestro enemigo: lo primero, es la separación, lo
segundo es un litigio.(…)porque la fuerza y el mal trato acrecientan no
sólo el odio, sino también el número de los enemigos(…)” (2) .
En otras palabras, el establecimiento de la uniformidad, los consensos
obligatorios y opresores son enemigos de la persuasión y amigos de la
fuerza, no permiten el derecho al desacuerdo y utilizan “la regla de la
unanimidad” y el “derecho a la intolerancia” para aplastar el pluralismo
democrático con violencia, agresividad y dogmatismo.
La persuasión, por el contrario, es un método basado en el uso de la
razón, es un instrumento de la tolerancia y la democracia, ya que,
excluye la fuerza y permite el compromiso fraterno entre el consenso y
el disenso, para el logro de una convivencia pacífica y productiva.
Michael Walzer, al respecto nos dirá: “Tolerar y ser tolerado es algo
parecido al dominar y ser dominado de Aristóteles: es la tarea de
ciudadanos democráticos (…) la tolerancia hace posible la diferencia; la
diferencia hace necesaria la tolerancia (…) En la vida social, política
y cultural prefiero lo múltiple a lo único (…)” (3). Es decir, la
diferencia es preferible a la unanimidad, a la uniformidad y a lo único.
Marie-France Begué, nos dice que: “(…) la tolerancia expresa una
relación polémica que oscila entre la hostilidad reprimida y el
reconocimiento del otro. Esta oscilación es la que reclama que la
justicia ilumine y organice la evolución de las costumbres a partir de
los principios del Derecho reconocido por todos. (…)La práctica de la
tolerancia se apoya sobre el hecho de que todos somos “iguales ante la
ley” y de que cada uno tiene el derecho a la “misma libertad” que
cualquier otro individuo o grupo (…)” (4). En otras palabras, la esencia
de la tolerancia se funda en el reconocimiento mutuo.
En conclusión, los consensos obligatorios y opresores son amigos de la
fuerza; por el contrario, los consensos democráticos, se logran a través
de la persuasión que es el método que usa la tolerancia política para
lograr, dentro de la diferencia, el consenso, sin destruir el disenso
legítimo. Asimismo, la persuasión es un método democrático para lograr
una sana convivencia humana dentro de los marcos de justicia reconocidos
por todos y, más aún, con la tolerancia política se logra el
reconocimiento mutuo, que es una tarea de todos los ciudadanos
democráticos, de reconocerse “iguales ante la Ley”.
FAUSTINO BERAUN BARRANTES
Gran Secretario Adjunto
G:.L:. de AA:.LL:. y AA:.MM:.
de la República del Perú
BIBLIOGRAFIA
(1)CISNEROS, ISIDRO H. “Persuasión y
“Artificialidad de la Política: La Tolerancia y el Consenso por
Intersección”. En: “Los Recorridos de la Tolerancia”. Edit.
Océano.1ª.Edic.México, 2000. pp.159-160.
(2)LOCKE, JOHN.”Ensayo sobre la Tolerancia”. En: “Carta sobre la Tolerancia”. Edic.Mestas.2ª.Edic. España. 2005. Pp.111.
(3)WALZER, MICHAEL. “Tratado sobre la Tolerancia”. Edit. Paidos. 1ª.Edic.España.1998. pp. 13-14.
(4)MARIE-FRANCE BEGUE. “From Tolerance to Mutual Recognition”” En: “Interpreting the Experience of Tolerance”. Edic. Fondo Edit.PUCP.1a.Edic.Perú.2006.pp.556.
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